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Channel: Español – Phins Phocus
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Delicada la situación actual de los Dolphins.

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Sobre el juego de hoy solo diré que los Dolphins de Miami van con su mejor personal desde la salida de Branden Albert, para enfrentar en casa a unos Vikings de Minnesota que han venido de menos a más. Los Dolphins tendrán que ser mejor en la defensa que en las últimas dos salidas, ya que de no hacer un mejor trabajo defensivo podría comenzar a escribirse el capítulo final de muchos dentro del cuerpo técnico. Y es precisamente sobre esto que escribiré hoy. El cuerpo técnico que el coach Joe Philbin reunió en Miami ha estado en constante asedio y escrutinio, tanto por la prensa deportiva como por los dolfans.

En uno de mis primeros escritos de esta temporada dije que el trabajo defensivo a cargo de Kevin Coyle era cuestionable. Y era cuestionable por la inconsistencia que presentaba juego tras juego, para colmo de males comenzaron las lesiones, lo que dio paso a la mediocridad, los tacles fallidos jugada tras jugada se abultaban para dar yardas al equipo contrario y el juego en la carrera de los equipos contrarios comenzó a hacer daño creando puntos que nunca pudieron ser descontados; los cuales al final se convirtieron en derrotas, derrotas que hoy los dejan sin aliento para poder alcanzar la postemporada. Debo aclarar que en parte la responsabilidad debe adjudicarse al acondicionamiento físico. Sabemos que en un juego de tanto contacto físico es normal que haya un por ciento alto de riesgo de lesiones. Pero las lesiones sencillas que dejan un jugador fuera por un tirón o un calambre, esas son las que ha este nivel se deben prevenir y es evidente que en los Dolphins no se trabajó eficientemente con esta parte que resto personal activo en el campo en momentos claves de varios juegos. Entiendo que el trabajo de los entrenadores físicos debe ser reevaluado prioritariamente.

Del lado ofensivo del balón el trabajo de su coordinar ofensivo ha sido el mejor dentro de todo lo negativo que hemos visto en este final de temporada. Bill Lazor sin contar con la profundidad necesaria en la línea ofensiva ha logrado hacer del mariscal de campo (QB) Ryan Tannehill un jugador más eficiente y productivo. Digo esto porque actualmente la línea ofensiva de los Dolphins estadísticamente es peor que la de la pasada temporada y solamente han logrado disminuir las detenciones (sacks) a Tannehill. En el último juego ante los Patriots de Nueva Inglaterra vimos a un Tannehill haciendo efectivos lances a lo profundo, algo que no se había visto en su juego los primeros dos años cuando nunca lograba conectar con sus recibidores a lo profundo del campo. Otro logro de Lazor es la producción en el juego de la carrera. Fui de los que pensó que la salida de Knowshon Moreno por lesión nos privaría de esa parte tan importante del juego, pero no fue así; Lamar Miller y Daniel Thomas se hicieron cargo del trabajo y los Dolphins se han mantenido entre los mejores de la NFL en el juego por tierra. Si bien es cierto que Lazor ha cometido errores, en nuestra opinión al llamar algunas jugadas claves, también en otras ocasiones el coach Philbin se ha hecho cargo de llamar las jugadas en determinados momentos y el resultado ha dejado mucho que desear. Entiendo que Lazor debe estar seguro dentro de su posición, pero eso dependerá de las movidas si alguna que hagan los Dolphins en relación al coach.

Ahora pasemos a la parte de Philbin. Hasta el momento como coach de los Dolphins no ha logrado conseguir una victoria importante cuando las millas realmente cuentan. El año pasado se quedó corto por una victoria para pasar a la post temporada perdiendo malamente los últimos dos en casa. Esta temporada la historia se ha vuelto a repetir, y en Diciembre no ha logrado conseguir una victoria que lo mantuviese en carrera por ese último pase por el juego del comodín (wild card). En muchos juegos ha tomado decisiones para todos cuestionables, ha tenido altercados en el medio del campo con jugadores y el equipo se ha visto pasivo, falto de motivación. Muchos han optado por cerrarle las puertas para una temporada más, pero  es ilógico pensar en eso ahora. Hay que esperar que la temporada termine y evaluar todas las posiciones, comenzando por la de coach. Digo esto, ya que por las pasadas temporadas los Dolphins han hecho un circo mediático de cada una de las contrataciones y al final las metas nunca han sido alcanzadas y los contratados han sido personas que nunca fueron las preferidas para la posición. Con esto quiero establecer, que si los candidatos disponibles no van a mejorar la labor del sustituido, entonces no se deben realizar anuncios sobre entrevistas o preferencias sobre uno u otro nombre. El trabajo de Philbin y Coyle debe ser evaluado detenidamente desde la configuración del roster final de 53, hasta las decisiones tomadas en momentos claves de juego  y que al final pueden haber costado las victorias que no permiten el pase a la postemporada.

Es delicada la situación actual de los Dolphins, donde los administradores tendrán que tomar decisiones difíciles. Ya sea mantenerse sin hacer grandes cambios, o la de hacer cambios trascendentales. El producto final de esas evaluaciones debe ser el volver a ser un equipo ganador que este activo durante el mes de enero de cada temporada. Solo el tiempo dirá el rumbo que tomarán los Dolphins de Miami. Por el momento la meta debe ser terminar ganando los últimos dos juegos y esperar a ver si surge el milagro matemático de la clasificación.


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